Comentario del autor, Alberto Assadourian
“Las imágenes que durante mi infancia registré en el Cerro Colorado, antiguo sagrario indígena del centro del país, son recreadas en este relato sobre la incursión pionera de Francisco Mendoza (1545) a través de la ruta que sería vertebradora del luego territorio argentino. Quiero precisamente, abordar los sucesos desde ese imaginario nativo. A la vez, introduciendo textos de los cronistas de indias con sus propias perspectivas, intento exponer en sus propios términos el contacto de dos culturas cuyas contradicciones marcan siglos recientes de nuestra historia. Incorporo en ese libre juego narrativo, resabios idiomáticos de comechingones y sanavirones (sin excluir quechuismos), cuyos patrónimos, topónimos y vocablos sueltos son interpretados – básicamente – a la luz del gran americanista Dr. Pablo Cabrera.
Aunque aquellas lenguas quedaron irremisiblemente desconocidas en su mayor parte, tomo la licencia de ficcionar frases que llamarán la atención del lector por tener un sustrato semántico nativo que perdura en el habla popular y en la cartografía nacional»
Comentario de la profesora emérita María Luisa Cresta de Leguizamón:
“Se cuenta que este libro nació un poco en la imaginación del autor, y otro poco en las amarillentas páginas guardadas hace tanto en el tiempo. Más de veinte capítulos, componen lo que es un largo relato de aventuras de un niño aborigen, protagonista y curioso transmisor de una cultura y sus vivencias, destruídas por la invasión de los europeos a estas tierras del Cerro Colorado. Una historia contada con lo profundo del idioma, que atrapa por el mensaje esperanzado de su reflexión final”. (Lectura y Vida – Revista Latinoamericana, Nº 2 – 1999. Libros recomendados para niños y adolescentes. Sección a cargo de la profesora M. L. Cresta de Leguizamón.)
Comentario de la licenciada Nelda M. Abed:
“Tiquilis tiene en el relato padre, madre, hermanos y como todos los niños y jóvenes lectores también una larga y hermosa vida por delante. Pero en medio de ella incursiona don Francisco de mendoza y su expedición, en el año 1545, interrumpiendo la vida cotidiana de los aborígenes. Este libro -mitad historia, mitad ficción- es una sencilla y educativa reflexión sobre el libre albedrío de los pueblos. Un canto a la esperanza se desprende de sus últimas páginas. Una mirada acerca de la existencia humana, llamando a las nuevas generaciones para que mediten sobre lo que se pierde cuando se confronta la convivencia con el destrozo”. «Tiquilis inaugura una línea, que es la historia aborigen para niños en Córdoba» señaló en entrevista del diario Puntal de Río Cuarto (01/07/99).